Cuando abrimos la galería, el álbum o el soporte donde almacenamos las fotografías de nuestra boda, ese es el instante en el que viajamos al pasado y volvemos a revivir esos momentos tan fugaces. Cada imagen es un suspiro que encapsula una emoción. Un latido que, aunque quedó atrás, sigue vibrando en el presente. Soy feliz de compartir desde mi cámara y ser parte de ese día lleno de amor, miradas cómplices y promesas eternas. Ver como por un instante el tiempo se detiene y el ayer vuelve a ser hoy.